Pueblos Originarios frente al racismo. 500 años de lucha anticolonial en defensa de nuestros territorios

Dedicamos este libro a la memoria de nuestras ancestras y
de nuestros ancestros que enfrentaron la invasión
desde
los primeros días  de 1524 hasta nuestros tiempos.

Sinopsis

El «II Congreso Internacional: Pueblos Originarios Frente al Racismo» se vincula con las expresiones organizativas indígenas de finales del siglo XX, pero establece nuevas perspectivas. Junto a discutir la autorrepresentación de los pueblos y el cuestionamiento de diversos conceptos hegemónicos, se produce una fructífera vinculación entre personas provenientes de diversos pueblos de Abiayala afectados por el colonialismo español, inglés, portugués y de los mismos Estados Republicanos. Este Congreso no solamente denuncia el colonialismo y el racismo existentes, sino que indaga en su historia, extensión y vinculación con otras estructuras de dominio establecidas. Así, coloca formas de conceptualizar y reconocer los lugares del colonialismo y su reproducción a principios del siglo XXI.

El libro reúne 46 ponencias organizadas en 16 temáticas, dos recitales de poesía y un concierto musical; presentados por 53 personas de 20 Pueblos Originarios y afrodescendientes de Abiayala, establecidos en siete países. Además recoge las conversaciones generadas en cada una de las mesas durante los días del Congreso (16 y 17 de agosto del 2023). Vitalidad teórica, política y artística se conjugaron para desafiar el racismo que siguen enfrentando los Pueblos Originarios a más de 500 años de invasión colonial. Así, este Congreso forma parte de los mecanismos de resistencia contemporáneas de nuestros pueblos. Es un grano de maíz, de una mazorca y de unos campos de milpas cultivados con el deseo de alimentar y dar fuerzas a las personas, comunidades y pueblos, en momentos cuando su k’u’x o su vitalidad siguen siendo atacadas por las fuerzas coloniales, imperialistas y estatales.

Prólogo

Edgar Esquit, maya kaqchikel

Este libro recoge las múltiples voces que resonaron durante los días 16 y 17 de agosto del 2023 en el «II Congreso Internacional: Pueblos Originarios frente al racismo». En ese momento nos reunimos, presencial y virtualmente, diversos líderes, investigadores, activistas de los derechos indígenas, autoridades comunitarias, que poco a poco fuimos uniendo voces e historias para tejer nuestras visiones sobre la vida a lo largo del tiempo. El racismo y los 500 años de invasión europea en los territorios que habitamos fueron los puntos centrales de nuestras conversaciones.

Nos reunimos un grupo diverso de personas provenientes de los pueblos, mapuche, aymara, piscataway, mixe, kichwa, xinka, kolla, garinagu, afrodescendiente, mayas de diferentes comunidades. Este acercamiento nos proporcionó una visión general de la realidad que experimentan los pueblos indígenas en Abiayala, pero más que eso, vinculó nuestras memorias, pues las voces evocaron los estilos de vida que reproducen los pueblos y comunidades. Cada ponencia presentó una forma de interpretar procesos concretos e históricos en la vida de personas indígenas, de mujeres, de pueblos. Al establecerse estas voces, mostraron líneas generales de la condición en las que han vivido y luchado los pueblos en las últimas décadas. De esta manera, reunirse para hablar y pensar juntos ha sido un momento importante en la larga lucha de los pueblos.

A lo largo de Abiayala, las comunidades indígenas casi siempre han buscado consensos mediante el diálogo. Cada pueblo y comunidad, de maneras distintas, conformó consejos, asambleas, comités u otras formas de organización para dirigir conversaciones, para deliberar sobre la vida comunal y las relaciones con los otros pueblos, en un mundo tan diverso. Todo esto significa que establecer espacios para actuar y pensar de forma colectiva, tal como lo dice Juana Sales, mantiene un valor fundamental en la historia de todos los pueblos que habitaron y habitan estos territorios.

Pensar y actuar de manera colectiva tiene un valor en los procesos de reproducción de la vida y en las luchas de los pueblos indígenas frente al colonialismo. Poco a poco este II congreso entre pueblos se fue estableciendo dentro de la lógica de esas asambleas y consejos, convirtiéndose en un espacio de conversación entre hombres y mujeres, ancianos y jóvenes, personas que venían de lugares tan distintos, pero vinculados. En este sentido la construcción dialógica del conocimiento buscó ser el camino por tomar. Esta tendría que ser una posición permanente, pero también consideramos que las comunidades definen y redefinen constantemente los espacios donde se producen estos encuentros.

Las posibilidades de que miembros de pueblos indígenas hayamos logrado vincularnos fue un hecho valioso que se produjo solamente bajo el influjo de nuestros «k’u’x», las fuerzas que nos impulsan para seguir construyendo nuestras propias formas de vida. En cada uno de estos encuentros brotan ideas hermosas, posibles y utópicas que, de alguna manera, trazan rutas para la gente que no cesa de luchar en la vida cotidiana, en los momentos en que hay que enfrentar a las fuerzas del Estado, las de las élites o las de «Xib’alb’a». El valor del encuentro que hemos organizado finalmente es expandir las ideas, los conocimientos y los sueños para contribuir en la construcción de un mundo para todas y todos, con libertad para los pueblos y las personas.

Un hecho valioso que resurge en este encuentro y que es importante destacar, es que los miembros de diferentes pueblos originarios de Abiayala, los que hemos podido vincularnos a través de esta reunión, venimos de historias que son muy próximas. Es probable que la base más profunda de esta vinculación sea la forma en que los pueblos del continente tejieron su relación con la tierra, las plantas, los animales y todo el entorno natural. Desde hace 500 años, sin embargo, todos estos pueblos entraron de pronto en la lógica del colonialismo y capitalismo que fueron implantados mediante la religión cristiana, la violencia y las leyes.

De esta manera, los investigadores, activistas, autoridades y líderes comunitarios que nos reunimos durante esos dos días, elegimos dos temas que nos parecen fundamentales en la historia y el presente de nuestros pueblos. Hablamos sobre el colonialismo y el racismo, así como sobre las formas en que estos se vinculan a procesos como la migración, la criminalización, la violencia, el patriarcado, la heteronormatividad, las hambrunas, el genocidio, el terricidio, el extractivismo, los despojos, la soberanía y la autonomía de los pueblos indígenas.

La historia del colonialismo y del racismo, como sabemos, ya es demasiado larga. Al mismo tiempo, comprendemos que, a lo largo de estos 500 años, se ha producido una extensa lucha contra estas formas de dominación. En este lapso, hay que reconocer que los Estados surgidos en el siglo XIX dieron forma a sistemas de dominio que penetraron (y siguen irrumpiendo) poco a poco en las comunidades indígenas. Esto significa que el colonialismo sigue creciendo, estabilizándose por momentos, ofreciendo treguas y, en otros tiempos, violentando con fuerza la vida de los pueblos. Las ideas sobre progreso fomentadas por el Estado colonial guatemalteco desde el siglo XIX, moldearon e identificaron a los indígenas como sirvientes y la Revolución de 1944 estableció una ciudadanía de segunda clase para cada indígena que sabía leer y escribir, es decir, se volvieron individuos útiles para llevar adelante las ideas sobre la modernidad política y la economía de mercado. La historia de este sistema de dominio está estrechamente vinculada con el presente de los pueblos indígenas a lo largo del continente.

A pesar de que muchos indígenas se unieron a estas ideas, en la década de 1970 los cuestionamientos surgieron de manera más contundente. En esa década, muchos líderes e intelectuales indígenas de Abiayala se lograron vincular a través de diversos espacios organizativos autónomos. Esos encuentros hicieron posible un profundo intercambio de experiencias, perspectivas e intereses de participantes y de los pueblos. La década de 1970 fue fructífera en la construcción de ideas, organización, coordinación entre comunidades y pueblos, que se convirtieron en la base de las luchas que se producen en el presente. Los indígenas de ese tiempo discutieron abiertamente los sistemas de dominio que implantaron los Estados coloniales en todo el subcontinente.

El «II Congreso Internacional: Pueblos Originarios frente al racismo», de alguna manera, se vincula con las lógicas organizativas indígenas de finales del siglo XX, pero establece nuevas perspectivas. De esta manera, junto al hecho de discutir la autorrepresentación de los pueblos y el cuestionamiento de diversos conceptos hegemónicos, actualmente se produce una fructífera vinculación entre indígenas provenientes de diversos pueblos de Abiayala. El II congreso no solamente intenta denunciar el colonialismo y el racismo existente, sino busca indagar su historia, extensión y vinculación con estructuras de dominio establecidas. En este sentido, se puede observar nuevas formas de conceptualizar y reconocer los lugares del colonialismo y su reproducción a principios del siglo XXI. Es posible que estos análisis aporten de manera fructífera a los movimientos sociales y comunitarios que surgen en diferentes lugares.

La mayoría de personas indígenas que se han reunido en el II congreso establecen su trabajo desde perspectivas particulares, lo hacen desde la historia de las comunidades indígenas de Abiayala. En este sentido, la memoria y la vida comunal no solamente son momentos de recuerdo o de protesta. En realidad, desde el espacio comunal se construyen conocimientos que dan forma a la vida en comunidad y se establecen las bases de las relaciones en el campo de poder. La memoria y el lenguaje comunal pueden hablar sobre la opresión, el despojo o el racismo. A nivel comunal ha existido una discusión permanente sobre la relación de los indígenas con las élites coloniales que podrían ser los criollos, la burocracia, los agentes del Estado. En este sentido, la comunidad también ha sido un espacio de diálogo mediante el cual se construye la memoria y la lucha.

Partir desde este lugar puede ser importante para abrir vetas teóricas y metodológicas en las manos de investigadores y líderes indígenas interesados en comprender su momento histórico. Algunos investigadores han planteado, por ejemplo, que un asunto importante en la construcción de conocimientos sobre la dominación que viven los pueblos es entender la historia en términos largos. Héctor Nahuelpan recuerda, en este sentido, que la historia de larga duración tampoco es una narrativa lineal, esta historia adquiere forma en las relaciones que los pueblos indígenas han establecido con sus contendientes. El pueblo mapuche, por ejemplo, ha mantenido una relación diferenciada con actores dominantes en la formación del colonialismo chileno durante 500 años.

Cuando la academia dominante privilegia las grandes narrativas o la historia de la formación estatal, hace un fuerte trabajo etnizando a los pueblos indígenas, es decir, su visión sobre estos últimos circula entre el definirlos como sirvientes y, por otro lado, como ciudadanos de segunda clase. Una visión histórica desde las comunidades hace notar una historia larga de dominación colonial y de luchas por la emancipación. Las narrativas que resurgen a principios del siglo XXI, en este sentido, conducen a una nueva manera de entender la dominación. Las relaciones de poder coloniales son vistas a través de las formas específicas en que estas son construidas y cuestionadas por actores específicos en tiempos definidos. Así, se puede visualizar que las perspectivas desde las comunidades empiezan a cuestionar la historiografía estatista, dominante en los diferentes países de América Latina.

Lo mismo se podría decir en relación a las visiones sobre la territorialidad. Aunque las élites coloniales impusieron un territorio nacional, es decir, intentaron dar forma al suelo de la nación definiéndolo como un espacio vacío que debía ser llenado y nombrado, las comunidades mantuvieron sus propias formas de construir su relación con la tierra. La territorialidad comunal fue determinada por medio de múltiples procesos vinculados a la reproducción de la vida, el lenguaje, las subjetividades, una espiritualidad relacionada con una historia larga pero constantemente reorganizada en el momento de cada generación. Así, el territorio imaginado y delimitado por la nación y el Estado colonial muchas veces contrasta de manera fuerte con los territorios indígenas.

Las leyes de expropiación impuestas por los Estados coloniales fueron cuestionadas desde las historias que se fueron estructurando a nivel comunal. Leyes y memoria se enfrentan en un proceso de producción de los territorios en los siglos XIX y XX para definir los sentidos de la vida, pero también, como una forma de establecer contenidos políticos específicos. Estas historias deberían estar estrechamente vinculadas con la defensa de los territorios que se producen ante los proyectos extractivistas y la criminalización de los liderazgos indígenas en el siglo XXI. El II congreso ha abierto un espacio para discutir y precisar contenidos que definen nuevas visiones históricas sobre nuestros espacios vitales para la reproducción de la vida.

El racismo como categoría política y analítica ha sido importante para los liderazgos y para la investigación realizada por miembros de pueblos indígenas. En la segunda parte del siglo XX, el concepto de discriminación tomó un lugar en el lenguaje de los activistas mayas, quienes consideraron que el lugar secundario que se les había asignado en la sociedad y el Estado guatemalteco estaba estrechamente vinculado con formas concretas de diferenciación cruzadas por la violencia. En la década de 1970, entre los mayas hubo un reclamo por la igualdad debido a que los activistas empezaron a notar que las élites y el Estado construían sus relaciones con los indígenas a través de jerarquías sociales y raciales. En este sentido, los mayas cuestionaron el racismo practicado por los ladinos de las localidades, observando y denunciando hechos concretos como el trato discriminatorio hacia las mujeres indígenas en las escuelas.

Cuando se firmaron los Acuerdos de Paz, muchos mayas abrieron la discusión sobre el racismo y el Estado aceptó a regañadientes la existencia de unas formas de discriminación, así que, posteriormente, se estableció el delito de discriminación racial y un raquítico programa para enfrentar la llamada discriminación racial. En este sentido, el Estado concibió el racismo como un hecho moral, como un asunto individual y no como un mecanismo fuertemente estructurado para reproducir la dominación colonial. El Estado guatemalteco y otros de América Latina, empiezan a considerar el racismo como una aberración, pero son incapaces de notar que esta forma de violencia, en realidad, implica un trabajo en la base de la formación estatal.

Las perspectivas indígenas, que surgen en este momento observan que el racismo no solamente constituye una condición aislada reproducida por individuos. En cambio, se está afirmando que el racismo es un entramado de relaciones estrechamente vinculados con otros procesos coloniales como el gobierno o control sobre los pueblos y comunidades indígenas. El racismo también estructura la dominación sobre las mujeres indígenas a través de la servidumbre y su definición como seres que pueden ser sometidas. El racismo del Estado hace evidente la existencia de una estructura que coloca a los indígenas en espacios secundarios, pues los define como individuos con incapacidades.

A lo largo del tiempo, el racismo fue un mecanismo que consideró a los indígenas como objetos que podían ser expropiados en sus energías vitales, manteniéndolos como despojos. Hasta 1944, esta visión prevaleció en todo el territorio mesoamericano. En Guatemala, particularmente, las élites progresistas discutieron el estatuto indígena durante la Revolución de 1944. En ese proceso colocaron a los indígenas alfabetizados como ciudadanos de segunda clase. La apertura que se produjo a mediados del siglo XX en el país definió otro escalón más en las jerarquías sociorraciales, dándoles un lugar específico a los indígenas que habían pasado por las escuelas. El racismo se vinculó entonces, de manera más compleja, con las ideas sobre ciudadanía en un país donde los indígenas habían sido proscritos políticamente.

La construcción de una historia larga es fundamental frente a la anulación política, de los conocimientos y el «k’u’x» de las personas, los pueblos y las comunidades indígenas, en la actualidad. El colonialismo opera como una forma de control sobre pueblos que buscan vivir a través de sus propias concepciones sobre la vida, de sus fuerzas vitales y a través de la autonomía y la soberanía de los pueblos. El colonialismo estructurado a través de los Estados define formas de gobernar a los pueblos sometidos. Durante los últimos 500 años, las fuerzas coloniales estructuraron sistemas y mecanismos de control con el fin de normalizar el despojo. El racismo, el patriarcado, el sexismo, la anulación de la memoria fueron solamente algunos de los dispositivos y sistemas que usaron las élites para alcanzar el dominio y llevar adelante el despojo. El racismo y el sexismo, como lo diría Marco Chivalán, animalizaron a hombres y mujeres de los pueblos, hasta convertirlos en seres que debían ser sometidos y desechados.

Ahora, vemos con más nitidez que la criminalización que se impone sobre líderes, activistas, periodistas indígenas o personas como Cristóbal Pop, que luchan por la defensa de la tierra, los territorios, el agua y la vida en general, funciona como mecanismo de control, operado a través del Estado colonial. Los sistemas legales de los Estados latinoamericanos actuales, funcionan como mecanismos para individualizar y desmantelar todas las formas de vida comunal que difieren del llamado desarrollo, hablamos de ese mecanismo discursivo del capitalismo en los Estados coloniales.

Las ideas sobre desarrollo alcanzan formas particulares en los lugares donde se realiza el despojo. Todo esto está vinculado a un sistema que intenta normalizar y castigar toda forma de disidencia que no sea la permitida al ciudadano, ese ser abstracto, definido políticamente por el Estado colonial y bajo su control legal. Las personas mayas, mapuches, aymaras, etcétera, como ciudadanos en los países de América Latina, se vuelven individuos para la nación y el Estado. Se tornan piezas humanas colocadas bajo la historia de la nación y el Estado colonizador, negándoseles de esta manera, un vínculo con la historia y la memoria larga de sus pueblos.

El «II Congreso Internacional: Pueblos Originarios frente al racismo» es un grano de maíz en el transcurso de las luchas que han mantenido los pueblos indígenas. Este paso que damos, es un intento por vincular nuestras memorias a lo largo del tiempo y el espacio. Al mismo tiempo, esta acción traspasa la coyuntura política de Guatemala o la de cualquier Estado colonial que se impone sobre los pueblos indígenas de Abiayala. Esto es así porque nuestro grano de maíz forma parte de una mazorca y de unos campos de maíz cultivados con afán y con el deseo que los granos alimenten y den fuerzas a las personas, a las comunidades y a los pueblos en los momentos cuando su «k’u’x» o su vitalidad es atacada por las fuerzas coloniales. Los granos de maíz, sembrados con conciencia y con «ajowab’âl», pueden ofrecernos la energía para sostenernos, para moldear la vida, en las luchas por la autonomía y la soberanía de los pueblos indígenas, en medio de un mundo colonial que en cada momento intenta hacer efectivo el despojo sobre los mismos pueblos.

 

Índice

Agradecimientos

Prólogo. Edgar Esquit, maya kaqchikel 

Posicionamiento político. II Congreso Internacional: Pueblos Originarios frente al racismo. 500 años de lucha anticolonial en defensa de nuestros territorios

Apertura
     – Palabras de apertura del Movimiento de Mujeres Indígenas Tz’ununija’ (MMITZ). Juana Sales Morales, maya mam
– Palabras de apertura de la Comunidad de Estudios Mayas Ixb’alamkyej Junajpu Wunaq (Cemijw). Aura Cumes, maya kaqchikel

1. Qué nos mantiene vivos. La resistencia indígena y afrodescendiente frente al exterminio racista
1.1 La creación de la vida en tiempos de despojo permanente. Aura Cumes, maya kaqchikel
1.2 Rememorando cómo la resiliencia ha mantenido vivos a los pueblos afrodescendientes de Abiayala o Latinoamérica. Benneditha Cantanhêde e Silva, afrolatinoamericana

2. Migración, racismo y violencia contra pueblos originarios y afrodescendientes
2.1 Causas de la migración y retos que enfrentan las y los migrantes indígenas en su viaje hacia Estados Unidos. Violencia racista por ser inmigrantes indígenas y no hablar castellano o inglés. Ana Gómez, maya chuj
2.2 Racismo y homofobia que enfrentan migrantes garífunas con disidencias sexuales, en su viaje de Honduras hacia Estados Unidos. Aneiry Zapata, garífuna
2.3 Causas de la migración forzada: despojo de territorios, racismo estructural, violencia sexual y pobreza extrema. El trabajo de la Liga Maya Internacional por los derechos de los migrantes indígenas en Estados Unidos. Ernesto Ajanel, maya k’iche’

3. Racismo epistémico: La producción del racismo desde la academia
3.1 La «animalización» de «los indios» como metáfora en la producción del conocimiento occidental. Marco Chivalán-Carrillo, maya k’iche’
3.2 La reproducción del racismo desde la historia y las ciencias sociales. María Jacinta Xón Riquiac, maya k’iche’
3.3 Racismo, poder y colonialismo intelectual en las universidades y centros de investigación. Formas de desafiarlo. Carlos Macusaya, aymara

4. Criminalización a pueblos originarios por la defensa de la tierra, el territorio y la vida
4.1 La ley y la cárcel como mecanismos para derrotar a los pueblos indígenas y continuar con el robo colonial de sus bienes. Bernardo Caal, maya q’eqchi’
4.2 Minería, criminalización y resistencias por la defensa del territorio y la vida desde El Estor, Izabal. Cristóbal Pop y Julio Anselmo Toc, maya q’eqchi’
4.3 Qué hacer frente al uso del derecho penal como mecanismo para criminalizar a los pueblos indígenas. Juan Castro, maya chalchiteko

5. Genocidio, memoria e historia
5.1 Ciclos de colonización en Abiayala. Héctor Nahuelpan, mapuche
5.2 Los intentos de sometimiento y eliminación de la población maya en Guatemala: El Estado y sus tortuosos caminos y mecanismos para ladinizar/civilizar (1821-1996). Jorge Matías, maya tujaal
5.3 Aj Pasya’: Memoria de las voces kaqchikeles acalladas en las masacres de Patzicía de 1944. Ixmukane Choy, maya kaqchikel

6. Racismo y extractivismo
6.1 La lucha del pueblo Mapuche en Argentina, contra empresas que están causando terricidio y criminalización a defensores del agua y el territorio. Moira Millán, mapuche
6.2 Extractivismo, racismo y periodismo comunitario. Carlos Choc, maya q’eqchi’
6.3 Experiencia de los protectores del agua (water protectors) en la reserva de Standing Rock, y su lucha contra la construcción del oleoducto del Dakota Access Pipeline. Sebastián Medina-Tayac, Nación Piscataway, Isla Tortuga

7. Soberanía de las comunidades, pueblos y naciones originarias frente a los Estados
7.1 Aprendiendo de nosotrxs mismxs: Vivir como comunidades, pueblos o naciones sin Estado. Soberanía, libre determinación y autonomía, desde la lucha y experiencia de los pueblos originarios. Yásnaya Aguilar Gil, mixe
7.2 Plurinacionalidad, autonomía, autodeterminación y soberanía. Leonidas Iza, kichwa-panzoleo
7.3 Los desafíos del Gobierno Ancestral Plurinacional de las Naciones Originarias Akateko, Chuj, Popti’ y Q’anjob’al para superar las estructuras racistas y coloniales del Estado republicano guatemalteco. Saturnino Figueroa, maya q’anjob’al

8. Expresiones de la economía política colonial y patriarcal
8.1 Despojo y acumulación a través de la servidumbre doméstica de mujeres indígenas. Aura Cumes, maya kaqchikel
8.2 El despojo de los pueblos indígenas a través del Inguat mediante la mercantilización de la vida de las mujeres indígenas. Angelina Aspuac, maya kaqchikel

9. Racismo en el sistema alimentario y nutricional
9.1 Industria de comida basura, enfermedades crónicas y resistencia a través de la comida ancestral garífuna. Ingrid Gamboa, garífuna
9.2 Monocultivos, empobrecimiento indígena y estrategias de soberanía alimentaria. Lesbia Morales, maya kaqchikel
9.3 Enfermedades crónicas en pueblos indígenas por la deficiencia nutricional y exposición a agro tóxicos. Estrategias de soberanía alimentaria. Maudilia López, maya mam

10. Racismo, violencia política y femicidio contra mujeres mayas, xinkas y garífunas
10.1 Posicionamiento y acción política de las mujeres garífunas frente a la violencia racista, machista y el femicidio. Jenifer Eunice Marcial Vera, garífuna
10.2 Abordaje de las violencias desde el sentir de las mujeres mayas y propuestas para su erradicación. Eva Tecún León, maya k’iche’
10.3 Posicionamiento y acción política de las mujeres xinkas frente a la violencia racista, machista y el femicidio. Emy Gómez, xinka

11. Efectos emocionales del racismo y formas de sanación
11.1 El racismo como productor de vergüenza, negación del ser indígena y generador de procesos de ladinización: Su utilidad al sistema de dominación colonial. Emma Chirix, maya kaqchikel
11.2 Cómo desafiar los mecanismos subjetivos y la interiorización del racismo. Victoria Tubin, maya kaqchikel
11.3 La sanación como estrategia antirracista. Valentina Chay, maya k’iche’-achi

12. Deudas del sistema de justicia en la lucha contra el racismo
12.1 Lecciones que nos ha dejado el desempeño de la Codisra. Romeo Tiu, maya k’iche’
12.2 Cómo ha contribuido el «Artículo 202 bis. Discriminación» del Código Penal para desnormalizar el racismo contra los pueblos indí- genas en la sociedad guatemalteca. Jovita Tzul Tzul, maya k’iche’
12.3 Cuáles son los desafíos de la lucha contra el racismo, desde el ámbito jurídico. Lucía Xiloj, maya k’iche’

13. Racismo y diversidades sexuales indígenas
13.1 Las violencias sexuales, raciales y lesbofóbicas en un país de herencias coloniales. Dorotea Gómez Grijalva, maya k’iche’
13.2 La «sodomía» como tecnología sexo-racial de los cuerpos en Guatemala. Marco Chivalán-Carrillo, maya k’iche’
13.3 Por qué es importante para los pueblos indígenas el reconocimiento de la diversidad sexual. Fernando Us, maya k’iche’

14. El lenguaje del racismo y su poder: medios de comunicación y ámbito digital
14.1 Relación y espacio que otorgan los medios comerciales a los pueblos y a las mujeres indígenas, y su impacto en el contenido informativo y en la audiencia. Ana Lucía Morales, maya kaqchikel
14.2 Reinventando formas comunicacionales para la lucha contra el racismo. El impulso de los pueblos indígenas por instaurar medios de comunicación en medio del cerco empresarial y de los Estados. Emilse Siares, pueblo kolla
14.3 Situación de las radios comunitarias en Guatemala: la producción de la comunicación comunitaria desde las comunidades y sus desafíos. José Sian, maya kaqchikel

15. Despojo de sitios sagrados y ciudades mayas antiguas
15.1 Posición de las y los ajq’ijab’ y autoridades indígenas ancestrales frente a la iniciativa número 5923 «Ley para el rescate del patrimonio prehispánico», que pretende privatizar los lugares sagrados de los pueblos mayas. José Ángel Zapeta García, maya k’iche’
15.2 La defensa de Totzotz K’uy Kuman, o ciudades sagradas del pueblo ixil de San Juan Cotzal, frente a la lucha contra el despojo. Diego Sambrano Rodríguez, maya ixil
15.3 El lago de Atitlán como lugar sagrado: su cuidado ancestral y su defensa colectiva frente al proyecto del megacolector. Salvador Quiacain, maya tz’utujil

16. La potencia de la memoria y de la historia en la permanencia de los pueblos originarios de Abiayala
16.1 Memoria e historia larga: La lucha antirracista y anticolonial del Pueblo Mapuche. Pablo Marimán Quemenado, mapuche
16.2 Defensa de la vida y del territorio frente a los proyectos extractivos en el territorio xinka. Oralia Villalta, xinka
16.3 La fuerza común y los vínculos a través de la memoria. Edgar Esquit, maya kaqchikel

17. Arte por la vida y la resistencia: A 500 años de la invasión
17.1 Manuel Bolom Yaxcal. Recital de poesía maya q’eqchi’
17.2 Maya Cú. Recital poético
17.3 Tujaal Rock. Música maya tujaal contemporánea

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